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Bandas amnióticas en el embarazo

Durante el embarazo es muy importante que la mujer realice todos los controles médicos para prevenir posibles malformaciones del bebé, al igual que es vital que se cuide la alimentación y sea muy consciente del ritmo de vida que lleva (debe ser pausado y sin estrés). De esta manera se puede, quizás evitar que el feto sufra el Síndrome de banda amniótica, aunque esta enfermedad, según los expertos, no se puede determinar que ocurra por algo en concreto, sino que es al azar y no hereditaria.

¿Cómo se manifiesta?

La llamada vulgarmente “bolsa de las aguas” o bolsa amniótica se forma alrededor del octavo día de gestación. Es una capa que envuelve al feto rodeado de líquido amniótico, que sirve de protección y que le brinda un entorno adecuado para poder desarrollarse. Se compone de dos membranas delgadas llamadas corión y amnios. El amnios es la capa interna que contiene directamente al feto y el líquido amniótico, mientras que el corión es la externa o parte placentaria.

El Síndrome de bandas amnióticas es un grupo de defectos al nacimiento que se produce cuando alguna de las partes del feto es cortada o estrangulada por una banda amniótica de tipo fibroso dentro del útero, que restringe el flujo sanguíneo afectando al desarrollo del bebé. Esto produce anormalidades en el bebé.

Puede causar diferentes defectos dependiendo de las partes fetales que se afecten. Si estas fibras o bandas se enredan alrededor de una extremidad (brazo o pierna) puede que esta sea amputada, y dependerá de en que zona suceda, que porción de extremidad se pierda.

Puede ocurrir que el daño sea leve, manifestado por la aparición de pliegues simples que no impiden el funcionamiento de ningún órgano. Surcos profundos, mayor desarrollo de uno de los miembros, distrofia de las uñas, encefalocele, etc.

Si las bandas se colocan en la cara, pueden causar labio leporino y paladar hendido. Puede llegar a ser letal cuando la banda se coloca alrededor del cordón umbilical e impide que le llegue el aporte sanguíneo placentario al bebé con lo cual, se produce un aborto.

Esta enfermedad no es genética, ni causada por ningún factor controlable, ocurre al azar y es muy raro que se repita en un siguiente embarazo. Por todo esto, podemos decir que es un padecimiento raro, no hereditario, con múltiples manifestaciones y que puede producir discapacidades en el feto. Su incidencia es de entre 1 bebé afectado entre 1,200 vivos a 1 bebé afectado de cada 15,000 nacidos vivos.

Posibles causas de esta enfermedad.

La etiología más aceptada para explicar este síndrome es que al inicio del embarazo se rompe la membrana interna de la bolsa, el amnios que señalábamos al principio, sin que se dañe la otra membrana y por ello la bolsa sigue íntegra. La capa que se rompe, forma bandas de tejido fibroso y pegajoso, similares a cordones que flotan en el líquido amniótico y que pueden enredarse con el feto.

Algunos autores señalan como posible causante, el traumatismo que supone la amniocentesis, una caída o un golpe fuerte, radiación ionizante, infecciones o esfuerzos maternos muy grandes.

Se cree que pasa entre los 28 días post concepción y las primeras 18 semanas de embarazo. Cuanto antes ocurra, peor pronóstico asociado, ya que los defectos son más severos. Si ocurre tras los primeros 45 días es probable que los defectos sean más limitados y por tanto menos graves.

Diagnóstico y tratamiento del síndrome de banda amniótica.

Es muy difícil realizar un diagnóstico prenatal, en algunas ocasiones se ven las bridas o bandas en la ecografía, pero son cordones muy finos y es muy complicado distinguirlos con los ultrasonidos del ecógrafo. Cuando se diagnóstica mediante este método suele ser porque se ve la lesión y no a su causante. En algunas ocasiones se visualizan bandas de constricción en la ecografía que sugieren de bridas amnióticas.

En caso de sospecha se puede solicitar una resonancia magnética para confirmar el diagnóstico y el daño. Por lo general, el diagnóstico se realiza por tanto tras el nacimiento al visualizar los daños.

En la mayoría de los casos el tratamiento se realizará post nacimiento y por lo general es sintomático e individualizado a cada bebé, ya que dependerá del grado de afectación. En algunas ocasiones es necesario realizar cirugía inmediatamente tras el nacimiento cuando ocasiona un riesgo vital; si el tratamiento es estético, se realizará más adelante. Fuente: Guía Infantil

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