
El Cáncer Cervicouterino es una de las neoplasias que ocupa las primeras causas de muerte en la mujer a nivel mundial, especialmente en países subdesarrollados. Dentro de los factores de riesgo asociados a este cáncer tienen relación con el inicio de la vida sexual a edad temprana, los múltiples partos, las Infecciones de Transmisión Sexual como la causada por el virus del papiloma humano (VPH).
El principal factor etiológico del cáncer Cervicouterino es el virus del papiloma humano (VPH). Se sabe que el 70% de los casos son causados principalmente por los tipos 16 y 18, en tanto que los otros tipos de alto riesgo corresponden al VPH 31, 33, 45 y 581. Aunque tradicionalmente se ha relacionado al VPH-16 y 18 con los principales agentes etiológicos de lesiones precancerosas, estudios recientes sobre la prevalencia del VPH en la población mexicana han identificado que la distribución del tipo de virus es diferente en distintas regiones del país, especialmente en el sur del mismo. En cuanto al tipo de VPH más prevalente en mujeres mexicanas, se identificó al 16 en dos de cada tres mujeres. (Gaceta Mexicana de Oncología)
La prevención representa una oportunidad en el caso del Cáncer Cervicouterino, ya que debido al periodo de evolución que existe entre las lesiones primarias y la etapa invasiva del virus, es más fácil tomar medidas para prevenirlo, detectarlo y tratarlo de manera oportuna y específica en cada paciente, para que se permita proporcionar una mejor calidad de vida.
Además, existen las vacunas del VPH que permiten disminuir las tasas de mortalidad por este virus. Si la aplicación se comercializa más en pacientes varones, se permitirá el control del desarrollo del Cáncer Cervicouterino en mujeres también.
El objetivo del texto divulgar la prevención y detección oportuna del VPH con el fin de promover la prevención temprana y el desarrollo del Cáncer Cervicouterino.
En México, el Cáncer Cervicouterino ocupa el segundo lugar entre las neoplasias en la mujer y constituye uno de los principales problemas de salud pública, con una incidencia del 15.5% y una mortalidad del 12.8%4. Se refiere que, en 2008, 10,186 mujeres mexicanas desarrollaron Cáncer de cuello uterino y 5,061 fallecieron a causa de este mal. (Gaceta Mexicana de Oncología)
GLOBOCAN reportó que la incidencia de Cáncer de cuello uterino en mujeres de 39 años de edad es del 16.7%, considerando esta cifra tan alta como las de otros países en desarrollo. Al interior del país se observa una disparidad en las tasas de mortalidad, donde la población de la región norte es la menos afectada, con tasas que van de 5.3 a 7.9, en tanto que la región central registra tasas de 10.8- 12.6 y la región sur es la que destaca, con tasas hasta de 15.4-17.53. Estas cifras muestran un panorama epidemiológico que refleja diferencias importantes que pueden tener su explicación en factores socioculturales como el analfabetismo, la natalidad y accesibilidad a los servicios de salud, los cuales deberán estudiarse con mayor profundidad.
Estudios recientes permiten identificar que las diferencias en las tasas de mortalidad también se ven reflejadas en la distribución de los tipos del VPH.
En un meta análisis con 8,706 casos se encontró que la prevalencia del VPH muestra particularidades en las regiones norte, centro y sur de México. En el norte del país se identificaron con mayor frecuencia los serotipos 16, 58, 18 y 33 del VPH, mientras que en la región central se registraron los tipos 16, 18, 45 y 58 del VPH. En la región sur se observó la presencia de los tipos 16, 18, 31 y 58 del VPH. Estos hallazgos son de enorme relevancia, puesto que permitirán diseñar políticas de prevención específica para cada grupo poblacional, especialmente con el desarrollo de vacunas (Gaceta Mexicana de Oncología).
Factores de Riesgo
Durante la pubertad y el embarazo, la zona del ectocérvix se amplía, lo cual facilita la exposición al VPH y, por tanto, la infección. Esta situación explica por qué el inicio de la vida sexual activa y el primer embarazo a edades tempranas, así como la multiparidad, son de los factores de riesgo más fuertemente asociados al desarrollo de Cáncer Cervicouterino, además del hecho de tener múltiples parejas que a su vez tienen parejas con múltiples parejas.
A este respecto, se encontraron en la población mexicana como factores de riesgo asociados a neoplasia intraepitelial grado 3 y Cáncer Cervicouterino los siguientes: edad ≥ 18 años, > 6 embarazos y ≥ 3 partos. (Gaceta Mexicana de Oncología).
Existen condiciones que promueven la persistencia de la infección por VPH como:
- El tipo de VPH
- El estado inmunitario, puesto que las personas con afecciones inmunitarias son más propensas a desarrollar infecciones persistentes por VPH y progresión acelerada a lesiones premalignas y cáncer.
- Coinfección con otras infecciones de transmisión sexual como herpes simple, Clamidia y gonorrea.
- Tabaquismo.
- Uso de anticonceptivos orales durante más de cinco años.
- Prevención
La detección del VPH como principal agente etiológico del Cáncer Cervicouterino ha permitido desarrollar diferentes medidas para su detección y prevención. Existen pruebas convencionales como la citología o conocido como papanicolaou cervicovaginal, la cual ha permitido reducir la mortalidad en países desarrollados. Un ejemplo de esto es Europa y los Estados Unidos, donde se han realizado estudios acerca de la calidad de la prueba y cuyos resultados indican que tiene un 53% de sensibilidad (IC del 95%: 48.6-57.4%) (Gaceta Mexicana de Oncología).
Sin embargo, en América Latina la situación es distinta, puesto que a pesar de que el papanicolaou está disponible para la mayoría de la población en servicios de salud pública como es el caso de México, no se han observado sus efectos en la disminución de la mortalidad por Cáncer Cervicouterino.
Al respecto se señala que: “el éxito no reside en la sensibilidad de la prueba, sino en la repetición constante de la misma y en el seguimiento sistematizado de mujeres con anormalidades citológicas”. Dicha aseveración muestra la realidad de la situación en esta región del mundo (Gaceta Mexicana de Oncología).
Acciones de prevención del Cáncer Cervicouterino por nivel de prevención.

Es así que la prevención del Cáncer Cervicouterino deberán considerar como líneas de acción dirigirse a la disminución de la incidencia, la morbilidad y la mortalidad, principalmente en grupos de mujeres de bajos recursos, en quienes se ha identificado inequidad en el acceso a programas de pruebas de detección, prevención y tratamiento.
Por tal motivo, la OMS recomienda que los programas nacionales para la prevención y control del Cáncer Cervicouterino deben tener la siguiente organización:
- Desarrollo de políticas nacionales y establecimiento de una estructura.
- Planeación de un programa que incluya un sistema efectivo de referencia.
- Programa de implementación.
- Programa de monitorización y evaluación que incluya todos los niveles de atención.
Para finalizar, el VPH es el virus que actualmente más se comparte. Por ello, los programas de prevención y control del Cáncer Cervicouterino deben consistir en la reducción la carga de la enfermedad por medio de la prevención y detección oportuna del VPH, tratamiento de las lesiones premalignas y provisión de cuidados paliativos a las pacientes afectadas.
En CAFI, existen paquetes preventivos para comenzar con el control y prevención del VPH. Contacta a una asesora para más detalles, no postergues la visita ginecológica. La prevención salva vidas.