
Actualmente, los avances, descubrimientos científicos y tecnológicos han posibilitado el desarrollo y utilización de técnicas de reproducción asistidas como alternativas para la esterilidad tanto femenina como la de los varones, algo que hasta hace un tiempo era posible imaginar.
La concepción y la maternidad ya no dependen solo del azar y la incertidumbre. Más aún, esta nueva “maternidad intervenida” no comienza en las profundidades del cuerpo femenino sino en el laboratorio, donde genes, embriones y fetos son fiscalizados por el control médico. La aparición de estas nuevas tecnologías plantea nuevos retos éticos y nuevas respuestas socioculturales.(Leila Mir Candal)
La maternidad intervenida se puede definir como: “Supuesto en el que una pareja comitente o contratante, que por cualquier motivo no puede o desea tener un hijo por sí misma, realiza un contrato con una madre sustituta o portadora, con el fin de que previa inseminación de esta o transferencia de un embrión fecundado in vitro, dé a luz al niño deseado entregándoselo a aquellos para ser considerado hijo de tal pareja” (Jiménez, 2012)
Es decir, que se trata de la gestación para otros, de madres portadoras o de maternidad sustituta, subrogada o de alquiler de vientres como se conoce comúnmente.
Se pueden enumerar distintas razones para analizar el uso elevando en la actualidad de técnicas de reproducción asistida, por ejemplo: el aumento de porcentajes de infertilidad, las dificultades para lograr la adopción, las expectativas generadas por las propias y nuevas técnicas, hasta la sensibilización y divulgación del tema a través de los distintos medios de difusión.
Tradicionalmente, se hablaba de maternidad de origen (biológica) o por adopción. Las nuevas tecnologías reproductivas han cambiado la manera de pensar en otras figuras jurídicas y en otras representaciones sociales. Para hacer referencia a este asunto se suelen utilizar distintas denominaciones entre ellas el término subrogación. Según el diccionario de la Real Academia Española (2001) la palabra “subrogado» significa «sustituir o poner a alguien o algo en lugar de otra persona», sin embargo, esta definición no alcanza a cubrir el horizonte que se abre con las prácticas de reproducción asistida.
Entre otras definiciones, la denominación más apropiada para hacer referencia a esta práctica, parecería ser la de “persona gestante”, dado que «gestar» significa el «llevar o sustentar sus entrañas el fruto vivo de la concepción hasta el momento del parto». Haciendo la salvedad que en ocasiones esta mujer puede o no tener vínculo biológico con el feto (RAE, 2001).
La gestación subrogada es un contrato a través del cual una mujer acepta gestar para una persona o pareja que tiene la intención de fungir como padre(s) o madre(s) de la niña o niño nacidos de dicho embarazo. La práctica es conocida también con otros términos, como “renta de úteros”, “gestación por contrato” y “maternidad subrogada”.
Uno de los problemas de toda maternidad subrogada es que supone la instrumentalización y la despersonalización del cuerpo de la madre gestante, ignorando la distinción básica entre personas y cosas. Las personas, evidentemente incluyendo su cuerpo (el vientre de la mujer), no pueden ser objeto de comercio.
En México solo hay dos estados en donde permiten la maternidad intervenida Sinaloa y Tabasco. Sin embargo, la regulación de la gestación subrogada implica también cuestiones sanitarias, que son materia de salubridad general y, por lo tanto, competencia de la Federación. Dado que los acuerdos de gestación subrogada utilizan técnicas de reproducción asistida para el establecimiento del embarazo, la ausencia de una regulación sobre reproducción asistida en México afecta las condiciones en las que se llevan a cabo estos contratos. En este sentido, es urgente que tanto el Congreso de la Unión como la Secretaría de Salud atiendan sus obligaciones y emitan una normativa en el tema, compatible con los derechos humanos y con los avances de la ciencia. (Grupo de información en Reproducción Asistida).
Si deseas conocer algún método de Reproducción Asistida a los cuales se pueden ser candidata o bien candidatos, tú y tu pareja acudan a CAFI, juntos buscaremos que alternativas.
¡De mujer a mujer cuidamos tu salud sexual y reproductiva para que vivas en plenitud!