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«¿Qué es el vaginismo?”

El vaginismo es una dificultad sexual que impide el coito o la penetración vaginal y suele venir acompañado de dolor. Se desconoce la etiología exacta del vaginismo, asimismo, se ignora su verdadera prevalencia debido al silencio que gira en torno a esta dificultad sexual, aunque se estima que afecta alrededor del 5% al 17% de las mujeres en un entorno clínico. (Contreras Castellano, Carmen y Lucas Matheu, Manuel. 2021)

Se ha catalogado como un trastorno genito-pélvico, dolor a la penetración, denominado como una disfunción sexual femenina que impide la penetración vaginal.

Actualmente, se desconocen muchos datos exactos del vaginismo, es algo que se mantiene en silencio, por el hecho de considerarse una dificultad sexual y en torno a él presentarse críticas. Es importante menciona que cuanto más se hable del tema, se llegará a estudiarse para buscar una solución especializada.

¿Cómo saber si padeces vaginismo?

  • Dolor pélvico durante los intentos de penetración y durante las relaciones sexuales.
  • Dolor, ardor o malestar vaginal durante los intentos penetración y durante las relaciones sexuales.
  • Dolor al tacto o estimulación.
  • Dolor al colocar tampones.
  • Dificultad para mantener un tiempo adecuado el acto sexual.
  • Ansiedad y estrés antes del acto sexual por miedo al dolor.

Podemos decir que el vaginismo debe ser tratado desde distintas disciplinas sanitarias. En este contexto, se ha abordado por diferentes saberes expertos a través de diversos tratamientos: Terapia dilatadora, asesoramiento y terapia sexual, fisioterapia del suelo pélvico y recientemente, inyecciones de toxina botulínica, este último para producir parálisis muscular leve, que se aprovecha desde el punto de vista clínico para tratar ciertas enfermedades neurológicas que cursan con una hiperactividad muscular. (Contreras Castellano, Carmen y Lucas Matheu, Manuel. 2021)

Algunos aspectos clínicos para diagnóstico y tratamiento  del vaginismo  retomados de la Revista Cubana de Medicina Militar: 

  • Leve: permite a la mujer tener relaciones sexuales plenamente satisfactorias, pero con incapacidad para ser penetrada. Existe posibilidad de introducción, en ciertas condiciones, de un dedo en la vagina. 
  • Moderado: pese a sentir placer durante el juego erótico, no es posible introducir ni un dedo en la vagina.
  • Grave: incapacidad para ser penetrada, unida a una situación de rechazo a todo lo relacionado con la actividad sexual, acompañada de complejas maniobras de evitación.
  • Muy grave: suele estar rodeada por intensa sensación de miedo cuando se prevé una posible relación sexual y podría asociarse a un trastorno de excitabilidad y/o aversión sexual.

La causa común del vaginismo es miedo a las relaciones sexuales o al dolor a la penetración, que ocasiona contracción involuntaria de músculos vaginales para evitar el coito. En su etiología se citan tanto causas orgánicas como psicológicas.

Las causas orgánicas que ocasionan dispareunia, pueden ser el origen de un vaginismo, al provocar una respuesta evitativa a la penetración. Entre las que con mayor frecuencia favorecen o están asociadas al vaginismo están:

  • Alteraciones del himen.
  • Endometriosis o endometritis.
  • Trastornos inflamatorios pélvicos.
  • Vaginitis atrófica.
  • Relajación de los ligamentos uterinos, rectales y/o vesicales.
  • Tumores pélvicos, o secuelas de su tratamiento.
  • Cicatrices secundarias a episiotomías.

Dentro de las causas psicológicas podemos encontrar: 

  • Educación conservadora o represiva, familiar y/o religiosa, en relación con la sexualidad, aunque no hay pruebas científicas de que el vaginismo sea secundario a ortodoxias religiosas, educación sexual negativa o una preocupación sobre la orientación sexual.
  • Déficit de información sexual: ideas erróneas acerca de anatomía y tamaño de la vagina. Temor a sentir dolor por el tamaño del pene y temor a que un parto vaginal las lesione.
  • Temores a quedar embarazada, a no estar a la altura del rendimiento sexual que espera la pareja, al rechazo u otras.
  • Experiencia sexual previa traumática real o imaginaria: abuso sexual, violación, incesto, examen traumático con espéculo.
  • Problemas de pareja: interacciones sexuales torpes o inadecuadas, desconfianza, rechazo a la pareja.

Los elementos predisponentes para los pocos casos de vaginismo secundario son:

  • Complicación posterior a una lesión orgánica.
  • Secuela de una intervención quirúrgica.
  • Período posparto.
  • Consecuencia de una grave crisis afectiva.
  • Situación de estrés.
  • Desavenencias conyugales.
  • Agresiones traumáticas, violación u otras.

El Vaginismo puede llegar a tener un impacto negativo de pareja, como las dudas, inseguridad e insatisfacción. Es importante recordar que esta situación no es controlada por las mujeres, es más bien una situación en donde los músculos del piso pélvico que rodean la vagina se contraen. Es común llegar a pensamientos erróneos, por ello es vital la valoración de la ginecóloga especialista diagnosticará el padecimiento y dará las distintas opciones de tratamiento para el Vaginismo.

En CAFI, las ginecólogas realizan una evaluación integral para conocer el estado actual de la paciente y determinar en que condiciones  para  llegar al tratamiento basado en diversas técnicas. Si te interesa una valoración o necesitas información más  personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotras. ¡Tu problema tiene solución, no esperes más! 

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