
El Síndrome de Ovario Poliquístico se define, según el artículo de Médicos Internistas de México, como una afección heterogénea asociada a la elevación de andrógenos y disfunción ovárica en mujeres en edad reproductiva, que pueden o no acompañarse de ovarios poliquísticos, obesidad, resistencia a la insulina y trastorno en el perfil de lípidos, amenorrea, hirsutismo, etc.
El objetivo de este texto es exponer el síndrome y cómo es que afecta la calidad de vida de las mujeres que lo padecen.
Es importante mencionar que el SOP tiene un diagnóstico y tratamiento específico para cada una de las pacientes, la información que se brinda no reemplaza la consulta con el especialista.
Las especialistas que tratan a las pacientes con SOP, consideran que los signos y síntomas típicamente asociados con la patología pueden llevar a una importante reducción en la calidad de vida relacionada con la salud, provocando alteraciones del comportamiento, así como un impacto emocional, la satisfacción sexual de la mujer y su fertilidad.
En los últimos años, se le atribuye al SOP un origen multifactorial. Además de lo genético, se habla también de la influencia del medio ambiente como la dieta, el estilo de vida o la exposición a factores desencadenantes como la obesidad.
Se han propuesto diferentes criterios diagnósticos para identificar a mujeres con SOP como:
- Hiperandrogenismo: Se caracteriza por el exceso de andrógenos. Lo que puede provocar es vello facial, acné e infertilidad.
- Oligo o anovulación: Se define como 9 menstruaciones al año o bien 3 meses menstruando de 38 días en el último año.
- Ovarios poliquísticos: Folículos que crecen en los ovarios.
Cada uno de estos criterios tienen fortalezas y debilidades, además de las diferencias que pueden presentar las mujeres con SOP, dados los factores culturales, sociales, edad y etapa de la vida en que se encuentren.
La calidad de vida se relaciona a los efectos físicos, sociales y emocionales, debido a la naturaleza de los signos y síntomas del SOP, es de esperarse que produzcan un impacto negativo en la salud mental y física de las pacientes. Las mujeres con hirsutismo, por ejemplo, muestran una alta incidencia la morbilidad psicológica y un miedo y ansiedad sociales al compararse con mujeres control. Es bien sabido además, sobre el impacto negativo de la infertilidad en la función sexual y el comportamiento. Al estudiar pacientes con SOP y comparar con controles igualados en base al índice de masa corporal (IMC), se observan mayores síntomas depresivos con pacientes con la enfermedad (Revista Iberoamericana de Fertilidad)
Una correcta valoración y diagnóstico del SOP ayudará de manera importante a detectar y priorizar las áreas de afectación en la calidad de vida de la mujer. En este punto, hay que resaltar la necesidad de tener un seguimiento constante, porque los criterios pueden ir cambiando dependiendo la etapa de la mujer.
Con todo eso la salud de la mujer mejorará y con ello la optimización de la calidad de vida también.
En cuanto los tratamiento para las mujeres con SOP debe ser de manera integral, con el objetivo de mejorar los ciclos menstruales, mejorar la fertilidad, disminuir las molestias ocasionados por el exceso de andrógenos y corregir los trastornos metabólicos.
En la Revista de Médicos Internistas Mexicanos, se menciona que, un punto clave para el tratamiento de las pacientes con SOP es modificar la alimentación y sumar el ejercicio a la vida cotidiana. Se ha demostrado que a través de la modificación del estilo de vida responde a un mejoramiento de manera favorable, las alteraciones metabólicas, los ciclos menstruales, en la función ovulatoria y fertilidad.
Para concluir, el SOP es una enfermedad que en la actualidad se reconoce como factor de riesgo para trastornos psicológicos que van desde depresión hasta trastornos alimenticios, disfunción sexual y ansiedad. El manejo del SOP debe ser individualizado según los factores de riesgo de cada paciente y sus necesidades. El cambio de estilo de vida es un tratamiento que debe recomendarse a todas las pacientes.